Comer Indignamente

Pastor Raymundo Rodríguez

Guatemala, 02 de diciembre del Año del Reconocimiento

Nosotros como hijos del Señor en cualquier instancia debemos estar conscientes del poder de las cosas que tenemos en nuestras manos, corazón, boca y pensamientos; cuando servimos al Señor y cuando estamos fuera de la iglesia también. Si no hacemos esto vamos perdiendo la fe, quitando propósito de lo que hacemos. 

Es muy importante el día que nos acercamos a la mesa del Señor, (1 Co. 1:30) “Más por obra suya estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y justificación y santificación y redención.” Cada una de estas razones tiene una razón de ser y debemos entenderlas, para que nuestra fe sea aumentada; cuando esta se dispara podemos hacer grandes cosas. Nos volvemos instrumentos de Dios. 

El Señor se hizo sabiduría para saber acerca de Él, de lo que es capaz de hacer por nosotros y para que podamos discernir. Se hizo sabiduría para saber del hermoso privilegio de la Salvación y la trascendencia. 

Se hizo santificación para que fuéramos apartados. Se hizo justificación para que no sufriéramos el juicio que Él sufrió, porque fuimos declarados libres de culpa. 

Participando en la cena hacemos memoria de lo que Él hizo por nosotros. Ya que si alguien sabe hacer lo bueno y no lo hace esta pecando. (Stg 4:17 PDT) “Si uno sabe hacer el bien y no lo hace, está pecando”. Cuando nos acercamos a la mesa del Señor, no es una mesa de castigo; es una mesa de oportunidad, para recordar, consolidar y confirmar.

Debemos acercanos de la manera correcta a la mesa del Señor. Debemos arrepentirnos y tomar de la Santa Cena. 

(1 Co 11:26-30) “Porque todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor proclamáis hasta el Él venga. 27 De manera que el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo de la sangre del Señor. 28 Por tanto, examínese cada uno a si mismo, y entonces coma del pan y beba de la copa. 29 Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí. 30 Por esta razón hay muchos débiles y enfermos entre vosotros, y muchos duermen.” Debemos tener temor, pero no para privarnos de la mesa; tenemos que ser responsables de hacer buen uso del pan y el vino para nuestro beneficio. Es importante que al presentarnos a la mesa debemos saber y examinarnos; como nos encontramos ante El Señor, ya que Dios nos brinda esa oportunidad de poder tener juicio y presentarnos ante Él, para arrepentirnos.

Discernir es separar. Debemos tener claro que también tiene un efecto de preferir dando honor a algo. De esta manera podremos preferir el cuerpo de Cristo, que es su sangre y su carne.

Indignamente G371. Adv. Irreverentemente, inadecuado. Hacer algo…

G370. Inadecuado, Adj. (indigno, incapaz, no competente)

(Jer. 15:19) “Entonces dijo así el Señor: si vuelves yo te restauraré, en mi presencia estarás, si apartas lo precioso de lo vil (G370/H2151). Serás mi portavoz. Que se vuelvan ellos a ti, pero tú no te vuelvas a ellos”. 

(Deu. 21:18-20) Vil H2151; Glotón = que no se sacia. 

No podemos tener una actitud incorrecta, debe ser nuestro Señor el que restaure los corazones y poder disfrutar de su mesa.

(Rom. 13:13-14) Al actuar desenfrenadamente y presentarse a la mesa del Señor, estamos comiendo indignamente de su cuerpo y sangre.

(Prov. 23:20-21) Cuando comemos lo que no es verdadera comida y tomamos lo que no es verdadera bebida, nos vamos a dormir y esto hará que nuestro ser espiritual estará usando la energía que nos queda para procesar lo malo; y se convertirá eso malo incorporándose al cuerpo en forma desenfrenada, irreverente e indignamente. Nuestro Señor Jesucristo prepara una mesa con verdadera bebida y comida, a través de esto el nos pastorea y nos hace descansar; porque Él es nuestro consuelo, nuestra paz.

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