Cada tiempo que el Señor nos permite vivir debe ser aprovechado al máximo; lamentablemente, no comprendemos cada tiempo en nuestra vida.

LUCAS 19:44   Debemos de conocer los tiempos. 

Las consecuencias de no conocer los tiempos que estamos viviendo puede traer graves consecuencias en nuestra vida.

ECLESIASTES 7:10 Pensar que el tiempo pasado fue mejor.

El no vivir el hoy y el ahora guarda amargura en nuestra vida. Debemos de estar conscientes que cada etapa que vivimos trae su bendición.

1SAMUEL 13:11-14 No adelantarnos a los tiempos.

Debeos de esperar en los tiempos de Dios, cada etapa y tiempo llegará, no es necesario adelantarla.

DEUTERONOMIO 34:8-9 Conocer cuando un tiempo terminará.

Por ejemplo: cuando alguna persona que amamos parte de esta vida, es bueno vivir un período de luto, llorar, si es necesario; sin embargo, este período de duelo llega a su fin para que podamos continuar con nuestra vida, siempre guardando un recuerdo de nuestros amados que ya partieron. 

1CRONICAS 12:33  Debemos ser expertos en discernir los tiempos.

Sabemos que la tribu de Isacar eran expertos en discernir los tiempos, nosotros debemos de clamar para que el Señor, por medio de su Santo Espíritu nos haga expertos también en discernir los tiempos. 

DEUTERONOMIO 15:4  Hay un tiempo para perdonar y ser perdonado.

En la ley antigua, existía una que decía que cada cierto tiempo las deudas se debían personar. Esto nos muestra que nosotros debemos perdonar y ser perdonados; de esta forma no estaremos amargados. 

El Señor dentro de su infinita misericordia nos muestra el cómo discernir los tiempos; hoy nos dice que el tiempo de llorar ha terminado, que es necesario que nos levantemos, y salgamos a conquistar nuestra “tierra prometida”.  ¡Amén!