Los Besos de Dios
Apóstol Sergio Enríquez O.
Guatemala, 31 de enero del Año de la RecompensaDeut. 8:3 nos muestra que el hombre vive de todo lo que viene de la boca del Señor y esto es lo que nos edifica como lo es la respuesta correcta que nos corrige, nos encausa, orienta y encamina (Prov.24:26) que es como un beso de Dios para nosotros.
Cuando Dios nos responde podemos tener paz en nuestro corazón de la manera en la que Ana lo sintió al recibir respuesta cuando pedía por un hijo.
Las respuestas de Dios no siempre son para quitarnos el sufrimiento como vemos en 2 Co. 12:9 sino muchas veces para que Dios se perfeccione en nosotros.
El soplo de Dios (Gen.2:7) es parte de lo que sale de la boca de Dios y se da sobre huesos secos para llevarse la plaga de langostas y edificar nuestra alma.
El enemigo también trata de hacer esto, pero no para edificación sino para darle vida a la bestia y de esta manera el mundo lo siga, por ello es importante que solo recibamos lo que viene de Dios pues no podemos quedar sin aliento y este lo recibiremos de Dios o del enemigo.
No nos cansemos de esperar la bendición de Dios ni la rechacemos, pues la esperanza no avergüenza.
Sal. 33:6 nos muestra que el ejército de Dios salió de su boca y estos han sido hechos para vivificación de sus hijos por lo que, al pasar por un problema serio, delicado, cuando hay batallas con ejércitos enemigos que quieren quitar nuestra bendición invoquemos el nombre del Señor pues en su palabra está escrito que podemos hacerlo con conocimiento de la misma, está escrito que viviremos por lo que sale de su boca (Deu.8:3) y podemos pedir por sus ejércitos para eliminar a esos enemigos espirituales que nos están molestando (Sal. 33:6).
En los cielos hay batallas que nos afectan en nuestro diario vivir, es por ello que debemos aprender a orar y pedirle a Dios por sus ejércitos, por sus ángeles guerreros pues están al servicio de quienes heredaremos la salvación (Heb.1) por lo que cuando tengamos batallas muy fuertes oremos constantemente.
Por medio de un soplo se dio también el nuevo nacimiento por medio del Espiritu Santo, esto es el soplo del resucitado y por esto hemos sido llamados hijos de Dios (Jn. 20:22) pues hemos nacido de nuevo en El. Y por medio de su voz de mando resucitaremos en El (1 Ts. 4:16-17).
Cuando Dios nos da una orden nos está vivificando conforme a sus mandamientos y ordenanzas (Sal. 119:149) y estas son voces de mando que nos sirven para poder tomar decisiones que pueden afectar nuestra vida, escuchémoslas y sigámoslas tanto para detenernos como para avanzar.
También por medio de su boca al suelo y hacer barro devolvió la vista (Jn.9:6), esto también en el ámbito espiritual nos puede devolver y revivir nuestra mirada, nuestra visión para que todo sea correcto conforme a lo que Dios quiere hacer en nuestra vida.